lunes, septiembre 11, 2006

La Primera Carta

Si olvidara por sólo un segundo lo que siento y me dedicara a hacer el mal, tal vez no me fuera tan mal: crear embrollos, desatar catastrofes, uno que otro homicidio o algún robo no estaría nada de mal para tu imagen, además ¿Cómo piensas mantener cohesionado tu rebaño si no exite un parámetro con el cual compararte? Alguien tiene que representar ese papel, a quien hecharle toda la culpa de lo malo que sucede.
Yo me ofresco, pero no olvides que yo te sirvo, que me debo a tu obediencia, soy el chivo expiatorio de los males del mundo, y tu, salvador del universo, deberas llevar la carga de represenar lo inmaculado, lo buenpo por sobre todas las cosas, yo seré el manchado, el traidor, el maldito, y no me quejaré porque es lo que quiero, quiero llenar al mundo de maldad, porque así lo quiero, esa es mi entretención.
Sin otro particular, y esperando pronta respuesta se despide atentamente

Don Sata